Mejores amigas
Mateo y fumo uno mañanero. Me
paro en la puerta de la
Aldeita, que buen nombre para una casa, pienso
que debería irme a la mía
de una vez por todas, pero
sola me da paja, es más
fácil cuando vamos juntas: Ella
se adelanta en su bici, cruza la
Díaz Vélez con la
lucecita roja que parpadea para que no
se la ponga ninguno de atrás
-eh, gil de goma- pero,
prefiero pensar que es
para que no me pierda y me
abre paso entre las naves.
Canoas silenciosas
que cruzan la frontera.
(que campeona que sos silvita)
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